Vinieron todos. El observatorio estaba lleno de visitantes. No cabía nadie más. Era
una despejada noche de verano. Todos estaban nerviosos. Querían elevar la vista
y ver parte del universo. De repente, antes de enfocar el telescopio, se levantó un
viento violento que trajo nubes que descargaron lluvia y taparon completamente el
cielo estrellado.
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